Seguimos celebrando el 30 aniversario de las Kupelas Asesinas, y volvemos a esta sidreria casta que no pisábamos desde 2016.
Asistentes: Iker, María, Edu y Nesss
De comer, 4 txorizillos a la sidra de aperitivo. Luego una tortilla de bakalao grande, sosa y con poco bakalao, y poco jugosa. Posteriormente, cuatro trozos de bakalao frito con piel enterrados bajo pimiento verde y cebolla, como es costumbre según las antiguas crónicas (y Josune sin venir). A continuación dos txuletones altos que fueron mejorando en sabor según los servían; el primero con demasiada sal, pero ambos ricos, lo que arrancó diversos suspiros de placer. Los huesos en L difíciles (pero no imposibles) de romper y roer. De postre, queso, una montaña de nueces (estos sí tienen), y membrillo. Al final, dos tomamos café en el bar y otros dos, txupito de patxaran, mientras charlamos con el kashero en el piso superior. Total, 155,10 euros; por primera vez este año, por debajo de 40 euros cada, a pesar de dos chuletas para cuatro, un +1 para Larrarte. Y si no llegamos a tomar café y chupitos, habría sido 37€ cada.
El txotxero joven nos dijo cuáles estaban abiertas, pero acabamos pidiéndole que nos abriera alguna de las de fuera, cosa a la que accede gustoso, probando dos de ellas, de poliester, que visitaríamos luego por nuestra cuenta, al tener grifo. Afuera, la gallina apartategi nos llama la atención puesta sobre un poste, con el culo en pompa pero no ponía huevos, así como lo que parecía un pequeño museo de cajas de sidrerías, algunas de ellas desaparecidas años ha (ejemplo, Matxo de Urnieta y alguna otra que ni conocíamos). Alguna de las kupelas tenía la sidra un tanto templada, pero el resto, fresca. La que más nos gustó fue la de debajo de los cuernos de ciervo, por la potencia de salida y la buena espuma que hacía.
María se emperra en decir repetidas veces que hacía 30 años que no habíamos vuelto allí, algo que llegamos a desdecirle también repetidas veces, incluso mostrando la página de la Sagardo Bira. Pero ella seguía diciendole al kashero lo de los 30 años. Destaca también María poniendo el vaso delante de los demás mientras nos servíamos, un clásico, hasta que Nesss se le rebela en un momento y acaban sonando los vidrios. María recrimina que Edu tarde mucho en el baño la única vez que fue, sin considerar que tendría cosas que hacer. Como venganza, Edu se apodera del móvil de María y manda en su nombre un mensaje a su hijo con horribles amenazas por si la hacían abuela esa misma noche. En la pared, Sagardotegiateko Gida 1994, del Egin, de tiempos de la I Sagardo Bira.
Tras salir del comedor con los bolsillos llenos del sobrante de nueves y pan, subimos a dar gusto a los del café y nos enzarzamos en una larga charla con el dueño, sobre variados temas, como sidrerías, vacas, cerdas preñadas por jabalises, cría de animales en general, el CV del txotxero joven, etc. Las fotos con el cachorro mimoso en brazos quedan entrañables. La charla, aunque bien larga, fue muy interesante, también nos gusta esto de las sidrerías. Al salir con el coche Edu pregunta si la unica salida del parking era el camino correcto.
De vuelta a Nesss's sobre las 3:00, más charlas, recena de fuet y queso, y Edu, sorprendentemente con sueño, acaba acostado antes que Nesss.